(Definición rae.es)
Camina, se mira de reojo en las vidrieras,
se cuestiona ¿cuál soy realmente?
¿la que sale a la calle cada día o
la que está sola en su casa con sus verdades?
La pregunta no es pequeña,
la risueña, la segura, la habladora,
esa que cada día convive a la intemperie, es una.
La aterrorizada, la triste, la pensativa,
aquella dubitativa y silenciosa, es otra.
La diferencia es diametral,
pero parece convivir en un mismo cuerpo
¿Un extraño caso de personalidad múltiple o
el simple caso de una realidad y su armadura?
El peligro es la pérdida de la claridad,
que pese a tan profundas diferencias,
no se logre saber o distinguir dónde se pierde
la armadura, cuál es real, dónde acaba el plató.
(¿y la opción de quedarse con la armadura y no con la real?
Hay gente que podría, ella no)
¿Acaso ninguno es absolutamente cómodo?
16/02/2015
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