lunes, septiembre 19, 2016

Cuáles son mis motivos,
qué me impulsa a moverme,
qué, qué,
me pregunto y no respondo,
yo no respondo nada de mí,
no me respondo sobre mí.

Los motivos,
mis motivos,
inercia, simple física,
cumplimiento, más inercia.
A veces el corazón,
un eterno suicida,
que no se cansa de lanzarse
donde siempre queda roto,
y lo que queda de él parece no cansarse.
Roto siempre roto,
parchado es siempre roto.
Rota,
al borde de lanzarme,
de mantenerse en un sueño
y ser libre,
¿cuáles son mis motivos?
El punto de nada y del no retorno,
el punto del fin,
el punto para partir
y nada, ahogarse en nada.

(escrito el 08.09.2016)

sábado, mayo 28, 2016

Te quiero tanto que ya no sé
como te quiero,
pero tanto te quiero que no sé
como quererte
y queriendo y queriéndote
aún no sé si tu me quieres
porque en algún momento
creo haber dejado de creerte,
más no de quererte,
por eso siento tristeza
cada vez que puedo verte.

Escrito el 15-01-2016
Yo no soy lo suficientemente alta,
ni flaca, ni bella, ni nada,
esa palabra, la nada.

Yo no soy digna tuya,
no soy digna de alguien,
yo soy nadie.

Yo, no sé como, obtuve tu amistad
yo indigna y sucia,
yo manchada, yo nadie.

Yo solo sé que debo y quiero agradecerte,
yo nadie, quiere y debe abrazarte,
ni sabia, ni bella, ni nada.

Yo quisiera pedirte y no puedo
yo indigna solo me atrevo a quererte,
yo, solo yo nadie.

Y yo estoy para ti
mi cariño se ofrece para tu felicidad
y así yo nadie soy tu invisible mano
que te sigue sobre tu hombro,
la mano de algodón para levantarte en cada caída
yo nadie, yo invisible, yo estoy para ti.

Escrito el 12-01-2016

Soliloquio de desesperanza

¿Qué estás haciendo con tus manos agrietadas?
deja el dolor físico,
deja la pena,
deja las lágrimas,
pero dejas las palabras,
renuncias a las confianzas
para pudrirte desde dentro,
con dolor físico,
con pena,
con lágrimas.
¿Qué estás haciendo? ¡¿Qué?!
llevas tu carga,
que cada día pesa más,
y cierras los ojos y aguantas
¡hasta cuándo!
hasta que te desmoronas
y se caiga el alma seca,
cuando ya nada valga la pena,
nada.
¿Quién hace más daño?
¿Ellos o tu?
Sí, te estás matando
sin armas, sin químicos, sin cuerdas,
te estás matando y lo sabes,
lentamente mueres y respiras
pero tienes miedo de la gente,
es que ya nadie, nadie...
y te mató el alma el silencio,
la indiferencia, la desidia.
Es que trataste, intentaste, quisiste
y nadie, nadie, nadie.

Escrito el 11.01.2016

Nadie

Así esperé tus palabras,
solo sus palabras
pero solo hubo silencio,
como tantos otros,
tantos silencios.

No buscaba respuestas,

ni preguntas, nada especial,
buscaba algo,
por saber que estás ahí,
como para enterarme que me leíste
pero creo que ya ni siquiera
quiero saber que te importa.

La gente y su disfraz de silencio,

las personas y la evasión,
la población y su ombliguismo,
yo y mi soledad de la incomprensión.

Es que si me buscas me encuentras,

si quieres hablar estaré ahí,
si hay pena en ti te abrazaré
pero yo no sé,
no sé nada de nadie,
no sé nada de ti,
menos de nada de ti en mi.

Me rindo con la gente,

soy más rara de lo que creí,
estoy cansada de preguntarme cosas
y de jamás tener la mínima
palabra de respuesta.

Escrito el 05.01.2016
Una vez más,
atrapada en la debilidad,
acosada por un miedo sin razón,
nuevamente hablé,
en un limbo de desesperación
y ahora,
sin arrepentimiento,
me da vergüenza dar la cara.

Sí, hablé,

pero hablé escondida,
a ojos cerrados bajo las sábanas,
a distancia, amparada
y pasó la noche,
llegó el día,
pasa el trabajo y estoy descubierta
¿cómo llegaré a verte sin amparo?

Yo te hablé,

tu no lo pediste
e igual hablé
¿ahora cómo te miro sin la vergüenza del peso
y calibre de mis palabras?

Escrito el 09-12-2015