Por la puerta de la oficina.
que no se abre pero es ventana,
pasan paraguas caminando,
ciclistas y corredores descubiertos,
pero los barrotes de la puerta
que no se abre pero es ventana,
me hace sentir presa y sentenciada
a no disfrutar la lluvia de medio día.
Llámese cárceles remuneradas.
(Escrito el 05/07/2013)
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