lunes, junio 04, 2007

Mi Pecado


Es tan difícil
acostumbrarse a no tener nada,
a la carencia,
a la soledad,
al dolor de ser pobre,
pero pobre de adentro.

Es demasiado difícil,
pero no imposible,
con el tiempo y el convencimiento
se puede, es posible,
pero lamentablemente
es demasiado fácil
llegar a creer que puedes tener
y acostumbrarse
a volver a tener es peligroso
por que yo he nacido
para no estar acostumbrada (jamás)
y peco, peco en creer,
peco en sentir que puedo tener
una oportunidad (¿yo?, que ridículo).

Los demás piensan,
se esfuerzan en hacerme sentir
que estarán conmigo
y no quieren entender
que igual se irán (y sí se van),
que cuando se vayan,
mi condición será peor,
pero el pecado es mío
por dejarlos entrar,
por creer y pegar mi soledad
a la que tanto me costó acostumbrarme.

Acá estoy otra vez
nuevamente en la situación de abstinencia,
pagando mi culpa,
pagando mi estupidez patológica,
acá estoy triste,
padeciendo una especie de
falta de droga,
donde mi droga es la confianza,
la compañía.
Debo volver a la normalidad
del yo sola,
del yo sin nadie,
del yo fantasma,
cuesta volver a ser lo de siempre,
el yo invisible.

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