Hay momentos que creo que
considero a los que no me consideran,
que lucho batallas ya perdidas,
que solo transito calles sin salida.
Me pongo el fracaso como un uniforme,
antes de evaluar terreno ya perdí
e igual me quedo ahí luchando,
como si fuera capaz de mover montañas.
Este es mi ridículo estilo de vida,
sé que hay caminos que no debo transitar
y ahí me meto yo, como si
fuera tan fuerte para cambiar lo que no se puede.
Escrito el 03/03/2015
jueves, marzo 05, 2015
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